- 250 ml. agua
- 150 g. harina
- 40 g. mantequilla
- 1 corteza de limón
- Sal
- 3 - 4 huevos ( los que admita la masa)
- Aceite de girasol.
- Azúcar granulado.
ELABORACIÓN:
Poner una cazuela en el fuego con el agua, la piel de limón, la mantequilla y una pizca de sal. Remover antes de que hierva el agua.
Retirar la corteza de limón y añadir la harina mezclando de 2 a 3 minutos hasta que quede una pasta fina y compacta.
Apartar del fuego y dejar reposar 5 minutos.
Después añadir los huevos uno a uno para conseguir la textura deseada, que no quede demasiado líquida ya que depende del tamaño de los huevos.
Si no conseguimos obtener una masa sin grumos podemos pasarla por la batidora pero no es muy recomendable ya que se podría estropear.
Calentar en una freidora o en una sarten el aceite, con el fuego no muy fuerte, y añadir con la ayuda de dos cucharas la masa. Caerán en el fondo y ellos mismos suben a la superfície, se hinchan y se van girando.
El aceite no debe estar muy caliente ya que si no se doraran muy rapido y no se haran por dentro y si está muy suave se empaparán de aceite.
Cuando estén dorados colocarlos sobre papel absorbente y posteriormente los rebozarlos en una mezcla de azúcar.
Cuando se enfríen rellenarlos de nata, crema pastelera…